NUESTRA
FUNDADORA

Farides María Galván Guillen:
por tu generosidad de espíritu y bondad humana, siempre te recordaremos.

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Al cumplirse el primer mes (25 de octubre, al 25 de noviembre de 2018) del sensible fallecimiento, de la inolvidable líder espiritual, Farides María, el brillo de la esperanza, se apodera de todos nosotros; sus recuerdos estarán permanentes en cada uno de sus hijos, familiares y amigos: es que precisamente, hablar de ella, traduce en grado superlativo valorarla, recordarla, evocarla, ahora y siempre, como un justo, sencillo y significativo homenaje a sus visiones y luchas.

Como no hemos de recordarla, si ella fue como un faro que brilló con luz intensa en la constelación, fortaleció su presencia con el trabajo honrado y fructífero de disimiles actividades, consagradas con el ánimo y el fervor de servir a la sociedad y a los ideales de sus convicciones.

Su nombre giró en torno a lo importante, lo esencial, sustancial y fundamental; se apasionó por la gestión social para que sus sueños no quedaran atrapados en la imaginación de los procesos inanes de la frustración.

Con abnegación, destreza, visión e inteligencia, impulsó el emprendimiento de la transformación mutua. Su dedicación, siempre estuvo motivada por la preocupación genuina de apoyar a sus coterráneos, generando oportunidades de crecimiento, desarrollo y exponencial progreso.
Farides esperó con paciencia y espíritu abierto el concurso de la historia; vio el futuro con optimismo y perseverancia. Se caracterizó por su diálogo agradable, constructivo y elegante; cimentado en el intercambio de saberes y experiencias de vida como resultado de su conocimiento cristocéntrico. Quienes la conocimos de cerca, fuimos testigos de sus pensamientos proactivos, fomentando por doquier la autoestima y responsabilidad en cada uno de sus hijos, amigos y colaboradores.

Con especial recordación referenciamos su incondicional capacidad de servicios, liderazgo de gestión e intachable y ejemplar hoja de vida.  Fue al máximo una Madre abnegada, que multiplicó en contextos de viabilidad y factibilidad, las oportunidades reales de servir a los demás.   En virtud a su formación espiritual, logro dar frutos para el reino de Dios en Colombia y  las naciones, un ejemplo ilustrativo, lo configura la superación y consagración  de tres de sus hijos, quienes hoy por hoy,  son reconocidos pastores en el ámbito internacional: Juan Carlos, Camilo y Jorge Isaac Ramírez Galván.  Su trasegar por la vida no fue en vano, ella vino a sembrar frutos de bendición.

Su fe rompió los límites a pesar de los desafíos y dificultades, encendiendo una luz de esperanza colectiva.