La línea de la serpiente

Devocional para tu vida

La línea de la serpiente

Devocional para tu vida

En estos tiempos de guerra, recuerdo una anécdota de un soldado americano en la guerra de corea, que tenia su avioneta escondida entre la maleza, y en una ocasión salía al combate y trató de abrir la compuerta de su ametralladora y esta no abría, al mirar notó que había una gran serpiente atascada , y ella impedía esa maniobra, en esos momentos recordó que en los puntos más altos de las montañas no había árboles, y que en su niñez el Papá le dijo que era que a esa altura los árboles no podían alimentarse bien, pues el aire tenia poco oxígeno, menos presión, y por la composición del suelo, por lo que se creaba una línea muy  marcada llamada  limite arbóreo, donde no crecía la vegetación; él inmediatamente pensó que si subía la avioneta a una altura tal que la serpiente tuviera un aire enrarecido, con poco oxígeno, que no pudiera respirar, ella se podía debilitar y soltarse de la compuerta, y así lo hizo, subió y subió, hasta que vio como caía la serpiente, ya que a esa altura y en ese tipo de atmosfera, ella pierde su fuerza hasta morir.

Esto me recuerda tanto nuestra naturaleza como cristianos, hay un lugar o posición espiritual, donde el enemigo no nos puede tocar, se llama lugares celestiales, a donde Cristo llevó su Iglesia santificada y lavada por su sangre, para que desde allí gobierne y el enemigo quede debajo de sus pies. Efesios 2:6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.

Es desde esa posición de gobierno donde se cumplen todas las promesas de victoria sobre satanás, hay una línea que él no puede acceder (la línea de la serpiente), porque en ese lugar la santidad y autoridad que tiene la iglesia lo destruye, tal como nos lo enseña Efesios 1:21-23 21 sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero; 22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 23 la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. La iglesia como cuerpo de cristo está por encima de toda fuerza del mal, operando desde los lugares celestiales, desde ahí se cumple que hollaremos serpientes y escorpiones y ninguna fuerza del mal nos dañará, desde ahí se cumple que la puerta del hades no prevalecerá, desde ahí se cumple que ningún arma forjada contra nosotros prosperará, desde ahí se cumplen todas las promesas de protección y bendición; porque estar juntamente con Cristo Jesús en los lugares celestiales , equivale a estar EN CRISTO, Y EN CRISTO  Y SOLAMENTE EN ÉL, TODAS LAS PROMESAS SON SÍ, Y SON AMÉN.

¿Entonces cómo se las arregla satanás para hacernos daño?, sencillo, te hace caer de esos lugares por medio del pecado, hace que se manchen tus vestiduras santas y caes de la dimensión de gobierno, al terreno de satanás, en donde él tiene el poder para dañarte; el pecado te pone en un lugar espiritual terrenal, caes de los lugares celestiales y quedas a expensas de satanás.

Es por eso mi amado(a) Hermano(a), que el Espíritu Santo nos convence de pecado, y nos guía al arrepentimiento, para que sean lavadas nuestras vestiduras por la sangre de Cristo y subamos nuevamente a esos lugares espirituales (Celestiales), en donde Satanás no nos puede tocar, en esa atmosfera de santidad él no puede respirar, porque se ha establecido la LINEA DE LA SERPIENTE.

Por eso Nuestro señor Jesús nos lo recuerda de manera imperativa en el libro del apocalipsis, para que dimensionemos espiritualmente la magnitud de las consecuencias del pecado, y que entendamos que perdemos al caer Ap. 2:5 Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.  Recuerda y Arrepiéntete…porque SI NO… Yo mismo apagaré la llama. (Como para darle tintes apocalípticos).  Esto de lo que se trata es de vivir una vida que honre a Dios, y Satanás no podrá tocarnos; si has caído, levántate y corre a los pies de Jesús arrepentido, y obtén el perdón, porque él mismo te lavará con su sangre, y te llevará nuevamente a los lugares celestiales.

Es posible que pequemos por múltiples razones, pero el no arrepentirse y por pura necedad, ya no podrás decir que es por ignorancia, ya sabes a expensas de quien quedas.

Ps. Luis Daniel Fernández Rivera.

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