En la vida hay cosas que podemos dejar al azar, pero hay otras que no podemos, porque son necesarias e indispensables; por esta razón nuestro Dios se encarga de guiarnos y convencernos de ellas.
Retomando la oración modelo del Padre Nuestro, en el evangelio de Mateo capítulo 6, nos damos cuenta que luego del esfuerzo de Jesús de guiarnos al Padre y recordarnos que nos pertenece (Padre Nuestro), con la intención de restaurar nuestra identidad de hijos, también, luego de ubicarnos en la posición que se encuentra nuestro Padre (que estas en los Cielos); nos muestra una condición o atributo del Padre, indispensable para mantener esta relación, SU SANTIDAD (santificado sea tu Nombre); Nuestro señor Jesús en esa oración modelo nos va guiando a identificar y suplir todas las necesidades básicas que tenemos como hijos de Dios; y una necesidad imperativa es la de santificarnos, entramos a hacer parte de la familia de los santos de Dios, consagrados de Dios, Apartados de Dios; y esa condición nos demanda un cambio y un comportamiento diferente, hemos cambiado de Padre. 1Pedro1:15-17:15 Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; 16 pues está escrito: «Sean santos, porque yo soy santo».[a] 17 Ya que invocan como Padre al que juzga con imparcialidad las obras de cada uno, vivan con temor reverente mientras sean peregrinos en este mundo.(LBA)
Lo mínimo que tu esperas de un hijo que adoptas e introduces a tu casa, es que obedezca las reglas de tu casa, y hay reglas que no se negocian, porque son las que mantienen el vínculo familiar; esto pasa con la santidad en la familia de Dios, es la mínima condición para mantener el vínculo familiar, porque “SIN SANTIDAD NADIE VERÁ A DIOS”. hebreos 12:14 Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor. (NVI).
Dios no es un Dios de imprevistos, todo lo tiene planeado y sabe que tenemos necesidad de vivir una vida Santa, es cuando le vemos sentido a nuestro Señor cuando nos decía, les conviene que me vaya, y les enviaré al Espíritu Santo, quien les guiará a la verdad (a Cristo), les enseñara todas las cosas (lo bueno y lo malo) y los convencerá de Pecado (para que volvamos a Cristo), todo esto no es más que la Santificación de nuestras vidas, por eso el Espíritu de Dios es…SANTO.
La santificación de nuestras vidas es una necesidad primordial, no la podemos dejar al azar, por lo que en la oración debemos pedir con determinación, clamar por nuestra santidad, Dios lo hace, si lo pides de corazón.
Y si invocamos como Padre a un Dios Santo, necesitamos vivir una vida santa, y para eso Dios nos dejó a su Espíritu para ayudarnos.
Ps. Luis Daniel Fernández Rivera.
Un comentario
Sencillamente hermoso