En mi infancia fui muy influenciado por el juego del Dominó, mi padre era de los que se ponían con un grupo de 5 o 6 amigos y jugaban casi todos los días hasta altas horas de la noche, y en ocasiones faltaba alguien y me invitaban a jugar, yo solía hacer pareja con mi Papá; y había un señor del grupo que cada vez que tenía que tomar una decisión para él difícil, que no estaba seguro, se repetía esta frase: “Hombre cobarde no consigue mujer bonita” y lanzaba la ficha, confiando en su análisis. La cobardía es prima hermana del temor y viene a nosotros para privarnos de lo mejor de Dios

En mi transitar por la fe en Jesús, he notado y comprobado que vivir por fe, requiere valentía, que decidir por cristo, por su palabra, por sus promesas; abandonando la seguridad y comodidad de nuestra posición, requiere valentía; Jesús le dice a Pedro, sal de la orilla, vayamos a las aguas profundas en donde verás mi Gloria (Lucas 5:4).

Hoy vengo a decirte que lo vuelvas a intentar, si has llegado hasta ese punto donde debes creer y abandonarte a la fe, y lanzarte a las aguas profundas, pero no has podido, estás paralizado (a), das un paso y luego retrocedes; vuelve a intentarlo, recuerda que el perfecto amor de Dios desarraiga de tu alma el temor, y el que sigue temiendo no ha sido perfeccionado en el amor (1 Juan 4:18); Dios quiere perfeccionar su amor en nosotros, mostrando que él es fiel y cumple, de tal manera que se vaya el temor de nuestras vidas. Dios le dice a Pablo, mi gracia te es suficiente, porque deseo perfeccionar mi poder en vuestra debilidad (incapacidad de hacer las cosas por sí solo, 2 corintios 12:9). Dios quiere perfeccionar su poder en nosotros, mostrando que lo va hacer él, que nosotros no tenemos la capacidad, ni las habilidades, ni el poder para hacerlo, que no dudemos que fue él, para su gloria.

Vuelve a intentarlo, pero en el nombre de Jesús; Pedro dijo, toda la noche lo intenté y no pesqué nada, pero tú me mandas y yo lo vuelvo a intentar esta vez confiando en tu palabra (Lucas 5:5).

Vuelve a intentarlo y deja que Dios perfeccione su amor en ti,

vuelve a intentarlo y deja que Dios perfeccione su poder en ti,

vuelve a intentarlo y deja que la gloria de Dios se manifieste en ti.

Avanza y alcanza aquello por lo que Dios te alcanzó a ti. Filipenses 3:12

Ps. Luis Daniel Fernández Rivera.